Desde este humilde (y grandioso) blog, les deseo a todos una Navidad repleta de pasión. Porque nos falta mucho de eso. Pasión transparente y sana, me refiero, porque de la otra (cornamentos varios, al viejo estilo reno, escapadas al club de alterne decorado con luces rojas, etc...) ya hay más que suficiente. Estoy seguro de que más de un problema de este mundo se resolvería con buenas dosis de sexo y amor. Eso está claro. En la Nochebuena no, espero que hayan sido buenos, que es una noche familiar y tampoco es cuestión de escandalizar a las abuelas. Pero en el 31 de diciembre que se aproxima, les deseo mucho desenfreno del natural, el otro desenfreno (meterse todo un catálogo de mierdas en polvo o líquido en el cuerpo) déjenlo para los gilipollas sin personalidad.
"Este año has sido mala, muy mala... pero no te pienso dar carbón precisamente, habrá que pensar en otra cosa, Amber..."
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