domingo, 17 de febrero de 2008

Inter-rail 06: Las playas de Split


Arón nos cuenta:

“Tras un terrible trayecto en tren, que cogimos a eso de las 5 de la mañana, después de dormir en la estación de tren de Zagreb (sí, en el suelo, con sacos...), llegamos a la magnífica ciudad de Split. Suele ser una de las ciudades punteras de Croacia, aunque es Dubrovnik la que se suele llevar la medalla de honor. Puede sonar bastante arriesgado por mi parte, pero estoy seguro de que, sin haber estado en Dubrovnik (y no porque no quisiésemos ir, sino por cuestión de prioridades), creo que Split tiene muy poco que envidiarle.”

“No tienen más que observar las magníficas costas de ese lugar. Tras un “desayuno-almuerzo”
un tanto chungo, nos dispusimos a buscar las playas. El contraste entre el agua clara, la arquitectura tan particular y, más allá de la fila de edificios, las montañas perfiladas como en un dibujo infantil, es sumamente espectacular. Sus aguas no están para hacer gárgaras, precisamente. Hay que recordar que estamos hablando del Mar Mediterráneo. No obstante, yo disfruté del baño y, más que de el baño, de la atmósfera del lugar: era un lugar eminentemente turístico, pero donde los turistas se mezclaban con los croatas de maravilla (esta frase puede ser malinterpretada... hummmm). Un bañito, tomar el sol durante media horita, un helado, otro bañito, un paseo por la orilla... Estuvimos unas cuantas horas disfrutando de aquel entorno, a pesar de venir de Lanzarote, donde tenemos playas a la patada. Pero la arquitectura del lugar y lo cristalino de sus aguas, hacía que fuese una experiencia nueva.”




“Y eso que no he hablado aún de la maravillosa fortaleza de Split. No obstante, al ver estas fotos de sus playas, coincidirán conmigo en que ya sólo con eso vale la pena visitar Croacia.”




"Qué ganas de hacer una botija ¿eh?"

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