jueves, 20 de diciembre de 2007

Peliculón: Nubes pasajeras

Es sumamente gratificante el poder descubrir el cine finlandés, en concreto el cine de uno de sus máximos exponentes, el señor Aki Kaurismäki. Mis sospechas eran ciertas, desde un principio esta conmovedora pareja de perdedores sociales logró engancharme a esta historia sencilla en cuanto a narrativa, pero compleja en su significado. Porque es ahí uno de los aciertos de la película (según he leído, es, también, marca de fábrica del director), que con tan pocos elementos y, a pesar de, a simple vista, mostrarse como una película muy simple, posee una complejidad mayor de la que se puede ver. Desde que te zambulles en la vida de esta pareja (acto poco difícil, puesto que, ya seas de Helsinki o de Cuenca, todos sabemos lo importante que es el trabajo y lo frustrante que es verte, de la noche a la mañana, de patitas en la calle), lográs alegrarte con sus triunfos, fruncir el ceño con los inconvenientes que ellos se encuentran... Digamos que es un cine que logra trasmitir mucho, a pesar de las reacciones de los personajes. No sé si es cuestión del carácter de los finlandeses, o si es cuestión del director y su universo personal, pero me ha encantado ver que, con una sonrisa congelada, la protagonista logra trasmitir su desencanto, su resignación...

No hablemos ya del uso del color, de la fotografía tan agradable. Me sorprendió, he de decir, puesto que, llevándome por los tópicos, pensé que una película ubicada en Finlandia debía de ser bastante triste, visualmente hablando. Me imaginaba planos fríos, muchas tonalidades de blanco, azul, gris... No obstante, y por suerte, "Nubes pasajeras" es una película con mucho color. Y su banda sonora... magnífica. Kaurismäki sabe perfectamente en qué momento conmovernos con una melodía deliciosa y la mirada triste y perdida de uno de los dos personajes principales. Por cierto, eso me recuerda a que el portero del restaurante "Dubrovnik", compañero de trabajo de la protagonista, es el mismo actor que podemos encontrar en el taxi de Helsinki en la maravillosa "Noche en la Tierra".

¿El argumento? Muy sencillo. La historia de un hombre y una mujer, una pareja más en el engranaje social de clase media, que ve como ambos pierden sus respectivos trabajo. De la mano de Kaurismäki podemos ver como intentan salir del paso en una época difícil. Este director logra que, a pesar de ver una historia dramática, sonriamos, o soltemos más de una carcajada, en varios momentos del metraje. Porque es grandioso ver como, a pesar de todas las adversidades, se puede ver la vida con humor.

Una joya. No se la pierdan.


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