"Mi nombre es Javier Niebo y, debido a ciertas cicatrices,
tengo un don, una habilidad para leer las ilusiones de otros."

Sonrío mientras sigo mi camino. Me vuelvo hacia él mientras me alejo, ahora puedo ver lo que aquel hombre miraba con rabia sobrenatural. En el contenedor de basura habían escrito un mensaje con spray: “Negros aquí”. De pronto una panda de ignorantes xenófobos y racistas consiguen que borre la sonrisa de mis labios. Por un momento deseo que todo ese dolor, toda la angustia que atenaza el corazón de aquel hombre, sea enviado en forma de lanzas de afilada punta hacia los corazones de aquellos que lo hayan escrito ¿Me pregunto por qué la gente es así? En ocasiones me dan arcadas al pensar que comparto mundo con personas tan intolerantes. Y más ahora, que puedo ver los sueños. Antes era más fácil juzgar, antes era mucho más fácil. Pero ahora no soy el mismo. Si todos los que repudian a los inmigrantes pudiesen leer el libro que escribe el alma de aquel hombre, si todos ellos pudiesen echar de menos a Dámbala y soñar con abrazarla... Las cosas serían distintas.
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