"Me llamo Javier Niebo y tengo un don. Un mecanismo onírico
que a veces se acciona sin yo buscarlo."

Un resplandor, un olor, un sentimiento, un color, una imagen...
La hojarasca vuelve a caer, codificando un sueño robado.
Pasa muy rápido, pero disfruto de ello durante los quince minutos siguientes. Soy ella, me veo en una mecedora, junto a un amplio ventanal; en dicha ventana se puede ver la lluvia tocando, como queriendo entrar. Me estoy meciendo con algo en las manos. Miro hacia abajo; sobre la manta que cubre mis piernas veo algo envuelto en otra manta de menor tamaño ¿Qué hay dentro? Una cara sonrosada me sonríe, enseñando unas tiernas encías. Sus enormes ojos verdes se cruzan con los míos. Me siento muy feliz, completo, como si hubiese encontrado la pieza que faltaba en el puzzle de mi vida. Es reconfortante saber que sólo quedan siete meses para que se dibuje esa imagen.
El sueño se desvanece, la hojarasca volvió a caer.
Me paro en seco, en medio de la gran calle, en medio de todas esas personas que iban y venían. Miro hacia atrás y busco a la chica en la multitud, en la lejanía ¿Está embarazada de dos meses? Me quedo chocado al percatarme de que aquella muchacha, que parecía contar con 20 y pocos años de edad, rondaba, en realidad, los 16. O eso fue lo que absorbí en su sueño.
La veo reencontrándose con unas amigas, llevando un secreto en su vientre.
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